jueves, 12 de abril de 2012

Sitios nada recomendados: Sea Life

Una opción para disfrutar de un fin de semana es pasar algo de tiempo en plena naturaleza. Como el frío ha hecho de las suyas hasta hace bien poco se antojaba más bien un sitio resguardado.

Mirando entre las alternativas que ofrece München nos topamos con una especie de Aquarium llamado 'Sea Life'. Por la página web tenía muy buena pinta así que decidimos acercanos. Grave error.

Las entradas, para empezar, no son nada baratas (unos 16 euros 'in situ'). Una vez que llegas al lugar hay que hacer cola para entrar (siempre. De hecho es tal la costumbre que tienen a una persona contratada para que de caramelos a los pacientes visitantes). Y esto con el tiempo que suele hacer por aquí tampoco es nada agradable.

Cuando tras esperar la cola llegas, por fin, al mostrador pasan otros buenos minutos hasta que consiguen centrarse y darte lo que pides.

Una vez que ya has pasado estas barreras, comienza la carrera de obstáculos: una nueva cola para acceder al recinto, que ya estará lleno de gente y que, además es muy estrecho (tampones por delante y por detrás). Sobre los animales decir que hay tiendas por aquí con más fauna.

Moraleja: ni se os ocurra tirar el dinero en este sitio.

miércoles, 4 de abril de 2012

Abre los ojos...

No, no se trata de un análisis sobre la película de Aménabar. Es un consejo obvio pero, al mismo tiempo, imprescindible.

Habiendo acabado mi segundo curso intensivo de alemán de lo que me he dado cuenta (al margen del hecho de que se complican una barbaridad con el dativo, el genitivo, el acusativo y demás... que a todo el que haya estudiado algo de alemán le sonarán...) es de que con los sentidos despiertos se avanza mucho más rápido.

Y es normal. Si se piensa, la ciudad entera es una gran escuela. Sus calles, los letreros, las conversaciones de gente ajena, las tiendas... Todo se puede convertir en un ejercicio a mínimo que tengamos curiosidad. Y, claro está, se aprende de manera más natural a decir una palabra cuando estás viendo, en ese preciso instante, al objeto al que se refiere.

Tan simple, como que si vas a comprar salchichas por aquí verás un cartel con la palabra 'Wurst'. La primera vez se te puede pasar pero sólo con verlo alguna vez más lo almacenarás en tu memoria de manera casi inconsciente.

Precisamente, durante el segundo curso intensivo dimos una lección sobre los establecimientos en una ciudad: correos, pastelería, banco... Todos teníamos vocubulario sin haberlo estudiado. Lógico, vivimos con todo eso a nuestro alrededor.

Los cursos intensivos son más que recomendables cuando se desconoce un idioma pero no hay que dejar de apreciar lo que la propia ciudad extranjera te ofrece. Al final, la suma da sus resultados.

jueves, 29 de marzo de 2012

Caseros despreocupados de sus viviendas

Tenemos por costumbre quejarnos de las cosas que damos por sentadas. Es el caso del proceder de los caseros (aquellas personas que nos rentan una vivienda) cuando tenemos algún problema relacionado con ella.

He sido la primera que ha padecido su mal hacer y su dejadez a la hora de solucionar trámites o reparar imperfectos. Normalmente he tenido que esperar días o incluso semanas e insistir para que todo volviera a buen cauce.

Al llegar a Alemania y alquilar una vivienda esperaba que su buen hacer en la producción se reflejara también en este punto. Pero no es así, ni mucho menos.

Y es que aquí tienen una forma de pensar muy distinta a la que tenemos en España: Cuando una persona te alquila su casa se desentiende prácticamente de todo. Sólo en casos muy 'graves' se le puede 'molestar' para que se ocupe del asunto.

Es decir, que si por ejemplo la calefacción deja de funcionar en pleno invierno se le puede avisar para que encargue a alguien que lo repare. Caso contrario ocurre si aparecen, por ejemplo humedades o si el grifo no funciona del todo bien... En estos casos más vale ser un 'manitas' o convertirse en uno rápido, ya que es el inquilino el que tiene que hacerse cargo. Y si no sabe o no puede, el coste porque lo haga un tercero no será pequeño.

Y no sólo eso. Si en la comunidad deciden hacer mejoras: poner un ascensor, arreglar la escalera o poner un timbre nuevo... El casero pagará la mayor parte pero no toda. El inquilino, de nuevo, tiene que pringar, como si fuera su propia casa, sin serlo en absoluto.

Ahora entiendo porqué los alemanes se sorprendían cuando avisaba a mi casero para que reparara todo y se hiciera cargo de los gastos. Tarde pero seguro. Esta es una de las pocas cosas en las que, a mi parecer, vamos por delante. Esperemos no perderla con tanta reforma...

lunes, 26 de marzo de 2012

Los chinos de allí son los turcos de aquí

En realidad, no hay nada parecido a los chinos (entendida esta palabra en toda su extensión y no sólo como la denominación del origen de ciertas personas).A base de tesón y paciencia hemos podido ver cómo en los últimos años los chinos se han hecho con una gran parte de los negocios en España.

Aún recuerdo como hace unos quince años nos parecía de lo más exótico el restaurante de comida china que abrían cerca de nuestra casa.

Quien más, quien menos, todos pasamos alguna vez por aquel lugar para saber qué nos traín desde el lejano oriente. Nada hacía presiagiar lo que ocurriría años más tarde. Ahora lo raro es encontrarse una ciudad (y si me apuras, un pueblo) sin un establicimiento regentado por chinos.

Y es que su amplia variedad, su bajo coste y sus horarios casi ilimitados hacen la competencia casi imposible para el resto.

Aquí en Munich no están tan asentados (al menos de momento. Las leyes alemanas han sido más inteligentes y precavidas en este sentido).

Su pseudosustituto son los turcos. Ellos son los que tienen tiendas de alimentación de lo más variado y con horarios algo más flexibles que el resto.

viernes, 16 de marzo de 2012

Indignación ante la incoherencia

Puedo entender que al contar con grandes empresas automovilísticas hagan casi de todo para que la gente se anime a comprar un vehículo. Eso es una cosa y otra muy distinta es lo que ocurre cada día en las estaciones de metro.

Cada mañana miles de presonas se dirigen a sus trabajos en este medio de transporte. En lugar de actuar con lógica (y poner más vagones y que pasen a menos frecuencia) hacen justo lo contrario. Con lo cual, quieras o no, tienes que ir apretujado (eso con suerte de que te dejen subir. En algunas estaciones han contratado personal para que no se suba 'demasiada' gente)

Hoy mismo he podido contemplar una escena lamentable. Se les ha ocurrido que un viernes por la tarde no iba a haber mucha gente de manera que han decidido poner algunos trenes cortos. Una ancina ha llegado a la estación y aunque ha 'corrido' para coger el último vagón )que estaba a unos cuantos metros de lo que suele ser habitual cuando el tren es 'normal') no ha podido cogerlo. Han podido verla por el retrovisor pero sin un ápice de remordimiento le han cerrado la puertas en sus narices. ¡Y que se espere otros 10 minutos o más!

En Madrid puedo sacarle punta a muchos defectos en los transportes públicos: como que en verano a algunos se les olvida poner el aire (y lo contrario en invierno). Y, por supuesto, vamos más que apretujados. Pero es por la cantidad de gente que somos y que utilizamos estos medios. Los trenes son largos y su frecuencia corta, poco más se puede hacer... (al margen de subir los salarios y que todos nos podamos permitir comprar un coche, mantenerlo, alquilar una plaza de garaje...)

Me he detenido cuando esa señora se ha quedado en el andén. No he sido la única. Todos los que nos hemos girado hemos puesto la misma cara y, aunque en diferentes idiomas, todos hemos dicho lo mismo...

miércoles, 7 de marzo de 2012

Los niños siguen siendo niños

Alemania es un país moderno. Su alta tecnología se lo permite. Además, es un país que marcha bien. Pese a encontrarnos todos en una difícil recesión, el país germano ha sabido salir a flote y mantener su economía y sus puestos de trabajo.

Sabiendo que los más pequeños son su futuro no los descuidan en lo más mínimo. Da gusto encontrarse con ellos por las calles, los parques, los jardínes... Hay excepciones, como en cualquier otro sitio pero, por lo general, son de lo más educados.

Además, disfrutan de estos valiosos años, no sólo formándose sino exprimiendo al máximo su tiempo y disfrutando al aire libre, incluso en los días más fríos. Y puedo dar fe de que los hay.

Los padres les animan a salir a jugar o, directamente, les acompañan a hacerlo. Eso es algo que me resultaba de lo más cotidiando cuando era pequeña y algo que ahora me cuesta encontrar por Madrid. Y por lo que me han contado pasa más o menos lo mismo en el resto de España.

Ahora en lugar de salir a jugar a la calle, al parque, ir corriendo a los columpios... Se pelean por estar más tiempo frente a la pantalla del ordenador, la televisión y la consola.

Está claro que con ese presente no podemos esperar un gran futuro. El equilibrio entre ambos creo que resulta lo más beneficioso para todos.

martes, 6 de marzo de 2012

Ciudad precavida vale por dos...

Me gusta. Me gusta y mucho poder pasear por las anchas calles de Munich, donde se mantiene el respeto por cada uno de los sujetos que intervienen en la acción. Da igual que seas viandante, que conduzcas una biclicleta o un camión. Cada cual sabe donde empiezan y acaban sus límites.  Y los respeta.

Los que vamos andando nos aseguramos de no obstaculizar las vías que han de utilizar los otros y lo mismo ocurre con quienes van sobre ruedas. Existe un carril-bici que recorre casi toda la ciudad para el que quiera hacer uso de este medio de transporte.

Siendo uno de los países que más vehículos producen no podían faltar tampoco las carreteras bien preparadas y asfaltadas. Pero ahí no queda eso. Han pensado (y eso se nota) en que los vehículos necesitan su espacio, tanto cuando están en movimiento como cuando están aparacados.  Por eso la mayoría de las casas cuenta con aparcamientos para sus inquilinos (exteriores o interiores), lo que despeja las calles.

Además, si se tiene que hacer una descargar importante en casa se puede hace sin problemas aparcando siempre en la misma puerta. Sí, sí, en la puerta. Está todo pensando para que los coches puedan estacionar (por un periodo límitado claro) y hacer la descarga.

Aquí no existen los dichosos pivotes que impiden por toda España que los vehículos se suban a la acera. Claro que cuando lo hacen molestan a los viandantes pero... ¿no se han parado a pensar el por qué lo hacen? ¿Puede que sea por falta de aparcamientos? ¿Por una falta de previsión y de organización? ¿Porque el afán racaudatorio con las multas va más allá del bienestar del ciudadano?

Todos sabemos las respuestas.

He visto innumerables veces aceras tan estrechas por las que apenas pasa una persona, que ha de bajarse a la misma carretera cuando se cruza con otra. Pivotes que han tenido que ser reparados (con los costes que conlleva) cuando una persona no ha podido maniobrar por su ubicación. Multas innecesarias para personas que sólo cumplen con su trabajo (como el transporte de mercancias, Correos...) por no tener donde dejar su vehículo. Mudanzas que se hacen aún más pesadas por no poder aparacar cerca de la nueva casa...

Y sí, está bien que hayan hecho zonas por las que se puede pasear, como el centro de Madrid, pero no pueden olvidarse de aquellos que no van a pie (no sólo por el gusto de ir en su propio coche, que también, pues recaudan mucho dinero con estos impuestos, sino tampoco del resto)... Spain is different pero... no siempre para bien.