jueves, 29 de marzo de 2012

Caseros despreocupados de sus viviendas

Tenemos por costumbre quejarnos de las cosas que damos por sentadas. Es el caso del proceder de los caseros (aquellas personas que nos rentan una vivienda) cuando tenemos algún problema relacionado con ella.

He sido la primera que ha padecido su mal hacer y su dejadez a la hora de solucionar trámites o reparar imperfectos. Normalmente he tenido que esperar días o incluso semanas e insistir para que todo volviera a buen cauce.

Al llegar a Alemania y alquilar una vivienda esperaba que su buen hacer en la producción se reflejara también en este punto. Pero no es así, ni mucho menos.

Y es que aquí tienen una forma de pensar muy distinta a la que tenemos en España: Cuando una persona te alquila su casa se desentiende prácticamente de todo. Sólo en casos muy 'graves' se le puede 'molestar' para que se ocupe del asunto.

Es decir, que si por ejemplo la calefacción deja de funcionar en pleno invierno se le puede avisar para que encargue a alguien que lo repare. Caso contrario ocurre si aparecen, por ejemplo humedades o si el grifo no funciona del todo bien... En estos casos más vale ser un 'manitas' o convertirse en uno rápido, ya que es el inquilino el que tiene que hacerse cargo. Y si no sabe o no puede, el coste porque lo haga un tercero no será pequeño.

Y no sólo eso. Si en la comunidad deciden hacer mejoras: poner un ascensor, arreglar la escalera o poner un timbre nuevo... El casero pagará la mayor parte pero no toda. El inquilino, de nuevo, tiene que pringar, como si fuera su propia casa, sin serlo en absoluto.

Ahora entiendo porqué los alemanes se sorprendían cuando avisaba a mi casero para que reparara todo y se hiciera cargo de los gastos. Tarde pero seguro. Esta es una de las pocas cosas en las que, a mi parecer, vamos por delante. Esperemos no perderla con tanta reforma...

lunes, 26 de marzo de 2012

Los chinos de allí son los turcos de aquí

En realidad, no hay nada parecido a los chinos (entendida esta palabra en toda su extensión y no sólo como la denominación del origen de ciertas personas).A base de tesón y paciencia hemos podido ver cómo en los últimos años los chinos se han hecho con una gran parte de los negocios en España.

Aún recuerdo como hace unos quince años nos parecía de lo más exótico el restaurante de comida china que abrían cerca de nuestra casa.

Quien más, quien menos, todos pasamos alguna vez por aquel lugar para saber qué nos traín desde el lejano oriente. Nada hacía presiagiar lo que ocurriría años más tarde. Ahora lo raro es encontrarse una ciudad (y si me apuras, un pueblo) sin un establicimiento regentado por chinos.

Y es que su amplia variedad, su bajo coste y sus horarios casi ilimitados hacen la competencia casi imposible para el resto.

Aquí en Munich no están tan asentados (al menos de momento. Las leyes alemanas han sido más inteligentes y precavidas en este sentido).

Su pseudosustituto son los turcos. Ellos son los que tienen tiendas de alimentación de lo más variado y con horarios algo más flexibles que el resto.

viernes, 16 de marzo de 2012

Indignación ante la incoherencia

Puedo entender que al contar con grandes empresas automovilísticas hagan casi de todo para que la gente se anime a comprar un vehículo. Eso es una cosa y otra muy distinta es lo que ocurre cada día en las estaciones de metro.

Cada mañana miles de presonas se dirigen a sus trabajos en este medio de transporte. En lugar de actuar con lógica (y poner más vagones y que pasen a menos frecuencia) hacen justo lo contrario. Con lo cual, quieras o no, tienes que ir apretujado (eso con suerte de que te dejen subir. En algunas estaciones han contratado personal para que no se suba 'demasiada' gente)

Hoy mismo he podido contemplar una escena lamentable. Se les ha ocurrido que un viernes por la tarde no iba a haber mucha gente de manera que han decidido poner algunos trenes cortos. Una ancina ha llegado a la estación y aunque ha 'corrido' para coger el último vagón )que estaba a unos cuantos metros de lo que suele ser habitual cuando el tren es 'normal') no ha podido cogerlo. Han podido verla por el retrovisor pero sin un ápice de remordimiento le han cerrado la puertas en sus narices. ¡Y que se espere otros 10 minutos o más!

En Madrid puedo sacarle punta a muchos defectos en los transportes públicos: como que en verano a algunos se les olvida poner el aire (y lo contrario en invierno). Y, por supuesto, vamos más que apretujados. Pero es por la cantidad de gente que somos y que utilizamos estos medios. Los trenes son largos y su frecuencia corta, poco más se puede hacer... (al margen de subir los salarios y que todos nos podamos permitir comprar un coche, mantenerlo, alquilar una plaza de garaje...)

Me he detenido cuando esa señora se ha quedado en el andén. No he sido la única. Todos los que nos hemos girado hemos puesto la misma cara y, aunque en diferentes idiomas, todos hemos dicho lo mismo...

miércoles, 7 de marzo de 2012

Los niños siguen siendo niños

Alemania es un país moderno. Su alta tecnología se lo permite. Además, es un país que marcha bien. Pese a encontrarnos todos en una difícil recesión, el país germano ha sabido salir a flote y mantener su economía y sus puestos de trabajo.

Sabiendo que los más pequeños son su futuro no los descuidan en lo más mínimo. Da gusto encontrarse con ellos por las calles, los parques, los jardínes... Hay excepciones, como en cualquier otro sitio pero, por lo general, son de lo más educados.

Además, disfrutan de estos valiosos años, no sólo formándose sino exprimiendo al máximo su tiempo y disfrutando al aire libre, incluso en los días más fríos. Y puedo dar fe de que los hay.

Los padres les animan a salir a jugar o, directamente, les acompañan a hacerlo. Eso es algo que me resultaba de lo más cotidiando cuando era pequeña y algo que ahora me cuesta encontrar por Madrid. Y por lo que me han contado pasa más o menos lo mismo en el resto de España.

Ahora en lugar de salir a jugar a la calle, al parque, ir corriendo a los columpios... Se pelean por estar más tiempo frente a la pantalla del ordenador, la televisión y la consola.

Está claro que con ese presente no podemos esperar un gran futuro. El equilibrio entre ambos creo que resulta lo más beneficioso para todos.

martes, 6 de marzo de 2012

Ciudad precavida vale por dos...

Me gusta. Me gusta y mucho poder pasear por las anchas calles de Munich, donde se mantiene el respeto por cada uno de los sujetos que intervienen en la acción. Da igual que seas viandante, que conduzcas una biclicleta o un camión. Cada cual sabe donde empiezan y acaban sus límites.  Y los respeta.

Los que vamos andando nos aseguramos de no obstaculizar las vías que han de utilizar los otros y lo mismo ocurre con quienes van sobre ruedas. Existe un carril-bici que recorre casi toda la ciudad para el que quiera hacer uso de este medio de transporte.

Siendo uno de los países que más vehículos producen no podían faltar tampoco las carreteras bien preparadas y asfaltadas. Pero ahí no queda eso. Han pensado (y eso se nota) en que los vehículos necesitan su espacio, tanto cuando están en movimiento como cuando están aparacados.  Por eso la mayoría de las casas cuenta con aparcamientos para sus inquilinos (exteriores o interiores), lo que despeja las calles.

Además, si se tiene que hacer una descargar importante en casa se puede hace sin problemas aparcando siempre en la misma puerta. Sí, sí, en la puerta. Está todo pensando para que los coches puedan estacionar (por un periodo límitado claro) y hacer la descarga.

Aquí no existen los dichosos pivotes que impiden por toda España que los vehículos se suban a la acera. Claro que cuando lo hacen molestan a los viandantes pero... ¿no se han parado a pensar el por qué lo hacen? ¿Puede que sea por falta de aparcamientos? ¿Por una falta de previsión y de organización? ¿Porque el afán racaudatorio con las multas va más allá del bienestar del ciudadano?

Todos sabemos las respuestas.

He visto innumerables veces aceras tan estrechas por las que apenas pasa una persona, que ha de bajarse a la misma carretera cuando se cruza con otra. Pivotes que han tenido que ser reparados (con los costes que conlleva) cuando una persona no ha podido maniobrar por su ubicación. Multas innecesarias para personas que sólo cumplen con su trabajo (como el transporte de mercancias, Correos...) por no tener donde dejar su vehículo. Mudanzas que se hacen aún más pesadas por no poder aparacar cerca de la nueva casa...

Y sí, está bien que hayan hecho zonas por las que se puede pasear, como el centro de Madrid, pero no pueden olvidarse de aquellos que no van a pie (no sólo por el gusto de ir en su propio coche, que también, pues recaudan mucho dinero con estos impuestos, sino tampoco del resto)... Spain is different pero... no siempre para bien.

viernes, 2 de marzo de 2012

Primer curso intensivo: finalizado

Como me vine a Alemania sin saber el idioma, me pareció una buena idea apuntarme a un curso intensivo. Sólo ha sido el comienzo, pues voy a continuar, (en un mes se aprende lo básico) pero la experiencia merece la pena.

No sólo por el aprendizaje en sí, sino porque te desenvuelves en tareas cotidianas con gente que no conoces y que acaban convirtiéndose en amigos. Como cada uno venimos de un lugar distinto se dan situaciones de lo más interesantes y, cómo no, conversaciones de lo más curiosas en las que cada cual se expresa como puede. Y es que es cierto: "Querer es poder." Como todos queremos entender y ser entendidos al final la comunicación fluye.

Tras este primer mes puedo decir que lo que más me llama la atención de este idioma (además de los ya conocidos dativos, nominativos, acusativos... que nos traen a todos los extranjeros de cabeza) es la capacidad que tienen para ser de lo más específicos.

Ellos no se conforman con denominar las cosas sino que puntualizan exactamente a qué o quién se refieren y para ello lo que hacen es unir palabras. De tal manera que si una palabra te parece larga, cuando acabas juntando tres, cuatro o cinco te resulta casi imposible de pronunciar. Pero se acaba cogiendo el truco.

Una experiencia más que recomendable, sin duda.

El próximo mes más. Ya estoy ansiosa.