Cada día salgo a pasear por las calles de Münich durante una o dos horas para acostumbrarme al lugar, conocer sitios nuevos, explorar la zona. Y siempre hay algo que me llama la atención: el respeto.
Me refiero al respeto en su significado más amplio. Me asombré la primera vez que ví a un hombre dejar su coche abierto de par en par mientras se iba a dejar unas cosas a su casa. Aquel hombre tardó un buen rato pero ni siquiera echó la vista atrás para comprobar que todo estaba en su sitio, confiaba en que a su vuelta nada habría cambiado. Y así fue.
Puede que resulte extraño mi punto de vista pero viniendo de Madrid no me imagino una escena similar en la capital que no acabara de una manera mucho menos feliz para el protagonista.
Y es algo que está presente en todo. Las casas más bajas tienen balcones que dan a la calle sin ningun tipo de reja o similar. Es estupendo que pueda ser así pero tampoco es algo que se vea mucho por Madrid.
Al montar en el metro, en el autobús... confian en que pagarás tu billete (claro que si te pillan hay una multa) pero por lo general, se espera que la gente lo haga, que actúe de manera cívica, sin más y sin menos.
En los supermercados nadie te sigue ni revisan tus bolsas. Entienden que lo que quieras comprar lo dejarás en la caja.... Sin detectores en la puerta! Insisto en que me parece perfecto.
Es estupendo poder disfrutar de unas calles limpias, de la naturaleza, de estar en tu casa sin preocuparte de que los vecinos te despierten a deshoras (los fines de semana y festivos está prohíbido hacer ruido. Entre semana se entiende que hay horas donde se molesta menos). Sin nada más que esa cultura coletiva, funciona.
Esta es una de las razones por las que Münich es una de las ciudades con mejor calidad de vida supongo :) Y se nota...
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