Todavía tengo que mantener mi peregrinaje a tierras españolas para traerme todo lo que quiero tener por aquí. Y en el trascurso no hago más que modificar mis horarios de comer, salir, dormir...
Dicen que Madrid nunca duerme. Pues Munich sí, y tempranito además. A las seis de la tarde la mayoría de las tiendas echan el cierre.
Además, los restaurantes suelen cerrar su cocina sobre las dos. Eso ya les parece tarde...
Lo mejor es hacerse a sus costumbres. Desayunar sobre las 8, comer a las 12 o 13. Y cenar sobre las 18 o 19. Al final el cuerpo se adapta y hasta tiene sus ventajas.
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