lunes, 20 de febrero de 2012

Wir lieben Muenchen

Y no es para menos!

Cuando uno viaja al extranjero tiene el extraño proceder de intervenir cuando escucha su lengua materna. Es algo así como sentirse en casa por un momento, calentito y a salvo. De repente puedes expresarte a tus anchas sin balbuceos. Las palabras fluyen solas. Y no sólo te acercas a esa (o esas) personas extrañas sino que se crea un ambiente ideal para contarse todo tipo de cosas desde el minuto uno.

Cuando uno interviene en una conversación y habla con alguien como si le conociera de toda la vida, se sincera. La verdad es que ya he escuchado por aquí a unos cuantos españoles (algo que siempre alegra, para qué nos vamos a engañar)

Hoy mismo, en la escuela de idiomas se nos ha acercado un chico de Cádiz llegado hace tan sólo tres días a tierras germanas. Enseguida le hemos incluído en la charla y no ha podido faltar el tema estrella: la crisis en España.

La falta de trabajo, el empobrecimiento y unas expectativas más que negras han hecho que muchos optemos por un cambio de aires. Nuestro nuevo 'amigo' se ha mostrado de lo más triste por la situación, casi como si fuera una derrota personal. Todos nos hemos quedado pensando....

Tanto los españoles como los italianos que estábamos reunidos coincidiamos en dos cosas: nuestros países son muy bellos pero no se puede vivir en ellos. Así que sí, acabas 'amando' este lugar porque como lo fuera América, parece la tierra de las oportunidades.

En realidad, no es nada del otro mundo. Dan ayudas a quienes lo necesitan, hay trabajo, si has estudiado puedes encontrar un trabajo cualificado... Cosas normales, con salarios normales, casas normales... Repito lo de 'normales' porque desde fuera nos parece un lujo que puedan comprar una casa, que tengan trabajo o que se les page por dicho trabajo pero... no lo es. Estamos entrando en un círculo tan vicioso y oscuro que apenas vemos las cosas con claridad.

Años quedan para que la situación empiece a normalizarse en España. Serán tiempos duros. La llevamos en nuestro corazón pero nos alegramos de que fuera nos acojan de esta manera.

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